martes, 6 de abril de 2010

Origen de los galgos barbuchos en la Patagonia



Origen de los galgos barbuchos en la patagonia



Desde hace tiempo,amigos cazadores de la patagonia que tienen perros cazando, descendientes desde los que hace 40 años estoy criando, me solicitan que escriba algo sobre el origen de los perros porque se han vertido en el foro opiniones diversas que no se ajustan a la realidad.
Al hacerlo hoy, aclaro, que soy nacido y criado en el campo y por lo tanto desde siempre un apasionado admirador del perro; compañero fiel de todas las horas y edades; de todas las actividades y tareas del campo, incluida la caza con perros, es la única que he practicado hasta hoy.
El "galgo barbucho criollo" o patagónico es un perro muy utilizado en la caza de diversos animales salvajes en la patagonia y desde hace unos 70 a 80 años también en La Pampa, y últimamente, me refiero a unos 6 o 7 años atrás, se ha extendido a cazadores de todo el país, el deseo de poseer e integrar sus jaurías con estos perros. Puede haber otras provincias como Mendoza que haya tenido acceso a estos perros con anterioridad, pero no tengo datos concretos.
Acá en Río Negro cazadores famosos, han cazado toda su vida , con galgos criollos barbuchos y pelados; especialmente en una región de nuestra provincia denominada Valle Medio. Actualmente los cazadores jóvenes integran sus jaurías con ellos.
No se por cuanto tiempo mas podrá verse en las rutas a nuestros jóvenes conduciendo una camioneta arreglada con mucho esfuerzo, llevando en la caja una hermosa jauría de perros de caza, porque en nuestra provincia, como diría un español, la generación walt disney rebozante de ignorancia y resentimiento, esta legislando sobre este tema; el daño a nuestra realidad socio-cultural es incalculable y no hablo del económico que su nivel intelectual no les permite ponderar. Son nuestros nuevos expertos en Internet; refriteros post-modernos, copian todas las leyes nacidas en otros contextos culturales y lo trasladan sin mas a nuestro país. Ortega y Gasset allá por el 20 y pico en "la rebelión de las masas" decía refiriéndose a personajes similares a la modernidad "asistimos a la invasión vertical de los nuevos bárbaros". a mi me hacen acordar a los 400 planificadores que se formaron para llevar adelante la "alianza para el progreso"; fracasaron todos porque desconocían que había algo que se llamaba "cultura" y como me decía en un curso de planificación sanitaria un excelente profesor chileno "la cultura es mas que la información.
Me fui de tema les pido disculpas, la pasión y el hartazgo ante tanta mediocridad me hacen referirme a un tema que es motivo de otra discusión, que los cazadores, dejando a un lado el individualismo, debemos llevar adelante sin pausa, antes que sea tarde. Si hay algo que vale la pena defender es la libertad que gozamos en nuestro país antes que estos administradores sociales nos la quiten. Hace poco en un reportaje en el diario Río Negro un señor suizo que se radico en el valle inferior hace la siguiente apreciación "estoy admirado de la libertad que se goza en este país" y es lo mismo que dicen a diario los jóvenes europeos y norteamericanos que en estos últimos años están viniendo a radicarse aquí. Nuestros legisladores gozan de un semmialfabetismo muy considerable, todo lo que empieza con "NO" les parece "progresista" son los nuevos deshumanizadores, colectivistas instrumentales... necesitaba una pequeña catarsis.. pero continuemos...
Comúnmente en nuestro campo se le denomina "galgo ruso", todo cazador y hombre de campo sabe que cuando decimos galgo ruso nos estamos refiriendo al galgo barbucho criollo. Optamos por esta última denominación con el objeto de no incomodar ni entrar en inútiles controversias con aquellos criadores de Borzoi, Barsoi o Psovaya Borsaya que efectivamente es un galgo de Rusia, muy fino y elegante, antiguamente cazador. Después de la revolución bolchevique en Rusia estuvo al borde de la extinción; por su belleza fue adoptado en Europa para acompañar a las modelos en las pasarelas o adornos en los salones, En la actualidad ha vuelto a criarse en Rusia.
Así que para los entendidos, cuando hablamos de galgo ruso nos estamos refiriendo al "galgo barbucho criollo" y viceversa.
Este galgo es el producto de innumerables cruces con toda clase de perros, durante tres siglos de existencia por lo menos en nuestro suelo; por eso lo de criollo.
Ahora que explicamos el porqué del nombre, pasemos a la pregunta que todos los cazadores y admiradores de sus virtudes nos hacemos: ¿de donde vinieron estos perros?.
Soy un asiduo lector de estos temas y tengo en mi poder una abundante literatura de los viajeros, científicos, espías militares, románticos descubridores, patriotas civiles defensores de nuestra territorialidad, etc. Argentinos, extranjeros que recorrieron la Patagonia en distintas épocas desde su descubrimiento.
Debo a un amigo Fernando Fernandez la posibilidad de leer libros que ya no se reeditan, con información muy interesante sobre el origen, quehaceres y costumbres de esta zona norte, también otro amigo cazador de Chubut, Carlos Cruz, me acercó literatura valiosa con referencia directa de los perros en una época crucial del desarrollo patagónico.
Con esta información he podido rastrear la presencia del galgo barbucho en nuestro suelo, desde el ultimo cuarto de siglo XVIII, es decir desde fines del 1700. Sus ancestros fueron los irish wolfhound, introducidos por barcos ingleses que comerciaban con los nativos Shelknam (Onas para nuestra lengua) de Tierra del Fuego y Tehuelches del sur de Santa Cruz, plumas, pieles y cueros de animales salvajes.
Ante la llegada del caballo, los nativos cazaban a pie con un tipo de perro barbucho grande de hocico fino. Por su utilidad en este tipo de caza a pie el perro era cuidado con esmero, a diferencia de épocas posteriores. El naturalista Charles Darwin en su libro "El origen de las especies", impresionado por este hecho, llega a decir que "los nativos de Tierra del Fuego cuando pasaban hambrunas prefieren matar a las mujeres viejas, antes que a sus perros de caza".
A mediados de 1800 encalló un barco en Bahía Creek y la población que se asentó un tiempo en sus costas traían perros barbuchos cazadores. Desde el norte de Chubut y de Rió Negro los nativos iban a buscar estos perros muy codiciados para utilizarlos en la caza.
La Patagonia, tan extensa como misteriosa, con tantas riquezas naturales, atrajo la atención de aventureros de toda clase; aquellos que vinieron por su cuenta y riesgo y aquellos que cumplían funciones al servicio de gobiernos extranjeros en busca de lo que fuere, tierras o mercados nuevos; llegaron franceses, escoceses, neozelandeses, alemanes y principalmente ingleses, siempre muy afectos a la Patagonia (usurparon en 1831 las Islas Malvinas); buscadores de oro, bandidos que huían de la justicia de sus países, cazadores de guanacos y choiques, pumas etc.
En el último cuarto del siglo XIX, un asturiano trajo las ovejas desde las Islas Malvinas al continente, pero fueron los ingleses quienes expandieron sus negocios criando ovejas en gran escala para la industria textil europea.
Esta mescolanza de intereses y culturas tan diversas, unido a la ausencia efectiva del gobierno nacional, generó un clima de violencia que iba a durar muchos años y favoreció la eliminación, por diversos métodos incluido el uso de perros loberos irlandeses, del indígena Shelknam (onas) y Tehuelches. Con la desaparición de estos, sus animales domésticos, fundamentalmente los perros se asilvestraron. Como había ocurrido antes en el territorio de la provincia de Buenos Aires, los perros asilvestrados se hicieron dueños del espacio formando jaurías que producían una gran mortandad en las majadas de ovejas. De hecho en esa época, las autoridades máximas en todo el territorio de la Patagonia austral, probaron diversos métodos para eliminar a las jaurías asilvestradas, armas de fuego, veneno, alambradas perimetrales etc; sin conseguir su objetivo.
Frente a esta situación que afectaba directamente sus intereses, los administradores de estancias, ingleses y alemanes abrumados por una realidad incontrolable, de común acuerdo decidieron importar una cantidad considerable de perros grandes de irlanda, perros loberos irlandeses, galgos grandes de irlanda, irish wolfhound, en definitiva, con los que sí lograron diezmar a las jaurías asilvestradas.
Este sabueso lobero irlandés, enorme y feroz era un perro extraordinario que tuvo su apogeo en la edad media, con el feudalismo, antes de los estados nacionales.
Las enormes extensiones de las estancias patagónicas, algunas superaban los dos millones de hectáreas, y las funciones a las que estaban destinados estos perros, ofrecía un hábitat ideal para la permanencia y perdurabilidad del perro irlandés, con el paso del tiempo los cambios naturales producidos por la cruza indiscriminada sin la intervención deliberada del hombre, en muchos casos con mastines, ovejeros, galgos y no tan galgos; y en otros casos con cruzas selectivas por el nómade cazador indígena y posteriormente por el hombre de campo ha conservado ciertas características propias del perro útil para hacer frente al zorro colorado, grande como un perro mediano, a los pumas y jabalíes que producen daño importantes en las majadas, también cazan a la carrera guanacos y choiques.
Entre fines del siglo XIX y principio del siglo XX, antes de 1930, estancieros ingleses importaron perros de sus países de origen y de norteamérica, Irish Wolfhound y posiblemente algunos Deerhaound.
Ya a partir del segundo cuarto del siglo XX encontramos referencias directas en los libros del Dr. Nores Martinez "El Dogo Argentino", Editorial Albatros 1977, y "Historia del Dogo Argentino" Editorial Albatros 1978, donde habla de los irish wolfhound que utilizo y de los que el mismo trajo desde E.E.U.U. para la creación de la única e insustituible raza argentina.
Los antecedentes que enumeré con anterioridad no estaban en conocimiento del Dr: Nores Martinez porque sino lo hubiese consignado en alguno de sus escritos, la razón se debe a que algunos libros son extranjeros y se han reeditado recién en el año 2008.
Los perros que trajo el Dr. Nores Martínez estuvieron en Santa Rosa, provincia de La Pampa y en Esquel, provincia del Chubut, dejando algunos de estos perros descendencia.
Hace unos tres años traje de Esquel dos cachorros hijos de un perro de 8 años barbucho de 76 cm de alzada con una perra de carrera; el dueño, a quien le deje una perra barbucha mora de 78 cm de alzada, me comento que los abuelos de esos perros, ya muertos, venían de los dejados por el Dr. Nores Martínez. Como los cachorros por la cruza no salieron con una alzada que me gustara, los regalé a un cazador del valle medio. El macho salió muy bueno para los chanchos y ahora lo tiene cazando un cazador de Allen. A este cachorro el amigo a quien se lo regalé le puso de nombre Aldo, lo cual lejos de molestarme es un halago. Como dijo el emperador romano Adriano a su lugarteniente "tiene tantas virtudes que jamás podrá ser el primero".
Puede apreciarse entonces que a lo largo de estos tres siglos entre nosotros cada tanto hen estado recibiendo una inyección de genes de irish wolfhound que les ha permitido mantener cierto fenotipo a pesar de todas las cruzas sufridas. Sin embargo son diferentes a estos en tamaño, peso y color de pelaje, pueden tener cualquier color que se presente en los perros habitualmente.
¿De donde saque los perros que tengo?
En la década del setenta comenzaron de manera improvisada las carreras de galgos en el Alto Valle de Río Negro, mucha gente de campo, trabajadores mensuales, puesteros, se sintieron atraídos y se acercaron a las carreras confiando en la velocidad de sus perros barbuchos que consideraban muy ligeros porque agarraban a la carrera, en nuestros montes, guanacos y choiques; pronto se desilusionaron de su desempeño en las pistas y quedaron deslumbrados por la velocidad de los perros de carrera, que en aquella época eran generalmente de origen norteamericano y fueron abandonando a los galgos rusos por lerdos. Este fenómeno se fue acentuando y extendiendo por todos lados llegando casi a desaparecer y solo criado en algunos reductos en los campos patagónicos, sin embargo hoy después de 30 años los rusos están volviendo a ser criados.
En esa época hice exactamente lo contrario, ya había probado en la caza a los galgos puros de carrera y sabía que no tenían la tenacidad, aguante ni las patas de los barbuchos; les cambie, los perros de carreras por los barbuchos y comencé a criarlos desde entonces siempre tratando de mantener su fenotipo.
Años antes ya teníamos barbuchos en las jaurías para la caza del jabalí con resultados extraordinarios.
Mis perros están siendo criados y usados para la caza en 8 provincias del país, como San Juan, San Luis, Varias ciudades de Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, casi todos los barbuchos existente en el Valle Medio hoy, provienen de alguno de mis perros, durante todos estos años he estado regalando perras y perros a cuanto cazador me lo solicitaba. ahora ya no puedo regalarlos porque cuesta mucho mantener una cantidad de perros adecuada para desarrollar y sostener un tipo de perro. En la actualidad estoy elaborando un libro sobre estos perros con algunas anécdotas curiosas sobre el desempeño en la cacería, algunos cuentos de la garra etc.
También en la actualidad quiero poner a consideración de los cazadores que quieran criar o estén criando barbuchos, una propuesta de un posible estándar del galgo barbucho criollo. He recorrido varios lugares de la Patagonia y de La Pampa comprobando que existen perros muy lindos que se ajustan bastante aun fenotipo común.
Con respecto a aquellos que piensan que el galgo barbucho criollo por su parecido es de origen español, les diré que la función hace al órgano, es decir todos los galgos tienen algún parecido, sin embargo, aún cuando los españoles tuvieron antiguamente una variedad de pelo duro, muy rustico y resistente hoy predomina el de pelo corto en España; Realmente nadie podría negar enfaticamente que en la argentina no se haya producido algún cruce con los perros irlandeses, ya que se debe tener muy en cuenta que en la Patagonia hay muy poca impronta española, casi toda la influencia es anglosajona y por supuesto en los galgos barbuchos criollos es donde se nota mucho más.
Para dar una idea de algunas diferencias:
El galgo barbucho criollo difiere por un lado de sus ancestros; por otro lado de todas las clases de galgo que se han importado a la argentina conformando un perro distinto a todos, no solo en estructura, sino también en carácter, rusticidad, pelaje y un coraje y arrojo que solo puede ser superado por un dogo argentino.
En lineas generales podemos decir que de ninguna manera el galgo barbucho criollo puede asemejarse a un dogo alivianado (dogales barbuchos) ni a un galgo de carrera con pelos largos como los están haciendo ahora en chile o aquellos que atienden el mercado de los cazadores de las canchas de carreras que tienen la imagen de un galgo de carrera grabada y solo conciben un galgo igual, nada más que con pelos largos.
algunas diferencias más especificas:
  • La alzada del barbucho criollo es superior, ronda los 74-75cm a 79-80cm entre hembras y machos respectivamente, los galgos españoles tienen entre 60-71cm, y en las canchas de carrera llaman grandote a un perro de 74-75 cm. Con respecto a este punto existe una variación importante producida por el hábitat y por supuesto por los gustos, pero creo que un factor determinante es el medio, por ejemplo en el sur patagónico por el tipo de campo, y factores climáticos como la nieve prefieren de mayor alzada. En el valle medio el tipo de monte cerrado, hace que se prefiera de menor alzada. En la provincia de Buenos Aires los prefieren más altos y en La Pampa de buen tamaño y corpulento pero no tan alto como en el sur patagónico.
  • La cabeza debe ser fuerte, ancha y subconvexa, el diametro transversal entre las orejas con el hocico de buen tamaño que se afina levemente hacia la nariz.
  • El cuello muy musculoso, de nacimiento alto, erguido y no horizontal.
  • El ángulo de la cadera no es cerrado como el perro de carrera, sino mas abierto con grupa alargada y ancha.
  • El pecho es profundo y no ancho como el galgo de carrera de musculatura ancha y alargada.
  • Patas con almohadillas duras y muy resistentes, cuando en un terreno calcáreo, de conchillas finas el perro puro queda sangrando el galgo barbucho sigue como si nada, sin problemas.
  • Tiene muy buen olfato, generalmente rastrea y ventea.
  • Es menos ligero que un greyhound, pero mucho más resistente y tenaz en la caza.
  • No sufre las inclemencias del tiempo como un galgo pelado y es muy resistente a los golpes o lastimaduras del campo.
  • No es un perro nervioso ladrador, es más tranquilo que un galgo de carreras y un poco desconfiado con extraños. en situacion de caza se muestra enérgico y aplicado.
  • Pesan alrededor de 45 o mas kilos, el galgo español ronda los 25 kg y el greyhound los 30 kg.

Aclaración: por fenotipo entiendo aquellas caracteristicas que se pueden ver, referentes a estructuras y función.

Dr. Aldo Omar Iriarte